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miércoles, 9 de octubre de 2013

Estos socialistas...

Paraguay; espacio de formación-reflexión con personal del ámbito educativo; planteo la realización de un trabajo por grupos; tienen que elaborar una propuesta dirigida a mejorar el funcionamiento de sus escuelas; cada grupo tiene que hacer la propuesta sobre una escuela concreta.

Una vez metidos en materia, me llaman de uno de los grupos para hacerme una consulta. Una de las personas del grupo me pone en situación. La escuela que han elegido para hacer su propuesta se ubica en una zona en la que "todos son socialistas". Los alumnos de la escuela son socialistas -me explica- porque sus padres y sus madres también lo son.

¿Dónde está el problema concreto?, le pregunto yo. En que seguro que vamos a tener problemas para implementar la propuesta, me responde. ¿En qué se concreta, en la práctica, eso de que "todos son socialistas"?, le pregunto para intentar ubicar el supuesto nudo a desanudar... Por ejemplo, en que los propios alumnos hacen un control de en qué se gasta el dinero de la escuela, y si algo no les parece correcto, lo denuncian públicamente. ¿En qué más?, sigo preguntando. En que los alumnos, consideran que todo lo que hay en la escuela es suyo. Por ejemplo -me sigue explicando- nunca rayan las paredes, no estropean el mobiliario ni las instalaciones, porque como piensan que todo es suyo, lo cuidan. Ya sabes, los socialistas piensan que todo es de todos.

Absolutamente fuera de juego por sus respuestas, vuelvo a preguntar para intentar comprender qué es lo que me intenta explicar. ¿Pero dónde está el problema concreto? Porque esas cosas que me cuentas, no me parecen un problema. No, si eso que te cuento no es un problema, pero seguro que van a poner problemas para implementar nuestra propuesta. ¿Por qué? insisto. Porque son socialistas... y saben que nosotros no lo somos.


Nota del redactor: Esta breve historia no es en absoluto fruto de mi fértil imaginación; es una transcripción lo más apegada a la realidad que me permite mi memoria, de algo que me ha sucedido esta misma tarde, a cuarenta y seis años del asesinato de Ernesto Guevara de la Serna.  

lunes, 18 de febrero de 2013

La gala de los Goya no debería ser un mitin político

En estos últimos días he leído a varias personas que afirmaban que la gala de los Premios Goya, la gran fiesta del cine español, no debería convertirse en un mitin político. Y yo creo estar de acuerdo con estas personas.

En una sociedad democrática probablemente la fiesta del cine debería ser únicamente eso: la fiesta del cine. 

En una sociedad democrática todo el mundo debería tener un techo bajo el que refugiarse.

En una sociedad democrática todas las personas deberían tener acceso a alimentos sanos y de calidad, y todos los pueblos deberían tener derecho a definir sus políticas agrarias y alimentarias para que ello fuera posible.

En una sociedad democrática la gestión del agua, elemento imprescindible para la vida, debería ser pública y no estar, como cada vez sucede más en ese país llamado España, en manos de corporaciones trasnacionales más preocupadas por su cuenta de resultados que por la vida.

En una sociedad democrática la educación debería ser igual para todas y todos, y estar en manos de todas y todos, mientras los curas se dedicarían únicamente a las almas de aquellos y aquellas que tuvieran a bien confiárselas.

En una sociedad democrática la construcción de la salud (y digo construcción de salud y no sólo atención de la enfermedad) sería una prioridad para todas y todos y nunca estaría al servicio de los intereses espurios de unos pocos.

En una sociedad democrática los gobernantes se dedicarían a trabajar por el bien común y, especialmente, por el bien de los más comunes, los que menos tienen. Se preocuparían de que todas tuviéramos un techo bajo el que refugiarnos, alimentos sanos y de calidad, una gestión pública del agua, una educación laica y de calidad, una salud pública robusta. Gobernarían escuchando a sus gobernadas y gobernados, parafraseando a los zapatistas, mandarían obedeciendo.

En una sociedad democrática, la gala de los Premios Goya debería ser únicamente la fiesta del cine. Mientras tanto, es imprescindible que haya mujeres como Candela Peña y Maribel Verdú que nos recuerden que no vivimos en una sociedad democrática.

Maribel Verdú se acordó de las personas que han perdido su casa.

Candela Peña arremetió contra los recortes en salud y educación.

viernes, 20 de abril de 2012

¿Empresas españolas?


(Publicada en L'Informatiu el 19 de abril de 2012. Ver aquí)

El gobierno anuncia que adoptará todas las medidas que considere convenientes en defensa de los intereses legítimos de Repsol y de todas las empresas e intereses españoles en el exterior”. Estas palabras fueron pronunciadas por el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, en su comparecencia conjunta con el ministro de Industria, José Manuel Soria, tras conocerse la decisión de la presidenta argentina, Cristina Fernández, de nacionalizar YPF.

A ese discurso hostil del gobierno español se han sumado con entusiasmo la mayoría de los medios de comunicación y desinformación españoles. Es absolutamente sonrojante el nivel de fanatismo nacionalista español de estos medios que, paradójicamente, acusan de populismo nacionalista al gobierno argentino.

La primera de las mentiras esgrimidas para sostener este discurso hostil es la españolidad de Repsol. Una simple mirada a la web de la empresa permite constatar la falacia. La suma de participaciones en manos de la mexicana Pemex (9,49%) y de fondos de inversión extranjeros (42%) supera el 50%. 

Pero no es ésta la única, ni siquiera la principal mentira. Repsol es, y seguiría siéndolo aunque el 51% de sus participaciones fueran propiedad de accionistas españoles, de sus dueños. Lo único cierto es que YPF pasará ahora a ser argentina, porque el principal propietario será el estado argentino.

Personalmente, más allá de la nacionalidad de sus propietarios, me preocupa su política empresarial. Algo que no ha parecido preocuparle hasta ahora ni al gobierno ni a la prensa española. 

Según el informe “La Responsabilidad Social Corporativa en las memorias anuales de las empresas del IBEX 35. Análisis del Ejercicio 2010” publicado por el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, Repsol estaba presente mediante filiales y/o participadas en al menos 14 países considerados paraísos fiscales. El economista y diputado de Izquierda Unida Alberto Garzón ha denunciado que sus beneficios entre 1998 y 2007 crecieron un 11,97%, y que en ese mismo período el salario promedio de sus empleados y empleadas únicamente creció un 1,71%. Mientras, se acumulaban las denuncias de organizaciones internacionales por violación de derechos humanos y contaminación del medio ambiente. 

Y siguiendo con las mentiras (o medias verdades), otra de las esgrimidas es que YPF era una empresa ruinosa en manos del gobierno argentino y que Repsol la ha reflotado con  una gestión eficiente. 

Si bien es cierto que YPF arrojaba pérdidas cuando fue privatizada, no es menos cierto que la principal causa de esta situación fue la deliberada política de endeudamiento fraudulento en que la empresa fue involucrada por el gobierno militar argentino, política que tuvo su continuación durante el gobierno de Carlos Saúl Ménem (que recuperó como ministro de Economía al que fuera presidente del Banco Central durante la dictadura, Domingo Cavallo) y que facilitó su privatización con el argumento -apoyado estratégicamente por los principales grupos de comunicación argentinos- de la mala gestión pública.

¿Les suena de algo la jugada? Deliberada mala gestión de lo público, cacareada por los principales grupos de comunicación y desinformación, para justificar la privatización en manos de los amigos de los responsables de la mala gestión pública. No hace falta irse a Argentina, ni remontarse a década pasadas, para encontrar ejemplos. 

Sin ir mucho más lejos, fue en 1989 cuando Repsol comenzó a dejar de ser una empresa verdaderamente española, una empresa pública española. Un año antes había comenzado a dejar de ser española Endesa. Luego dejarían de ser españolas Telefónica, Argentaria, Aceralia y tantas otras. 

Mientras nuestros gobernantes salen a la palestra con discursos grandilocuentes en defensa de empresas supuestamente españolas, sus políticas facilitan que en un futuro cercano ni siquiera la sanidad y la educación sean verdaderamente españolas. En la práctica, la privatización de la educación en los últimos años ya la está poniendo en manos de una empresa extranjera. La Iglesia Católica es, en sentido estricto, una empresa vaticana.

viernes, 9 de marzo de 2012

¿Cómo explicar lo que pasa en mi tierra?

(Publicada en L'Informatiu el 8 de marzo de 2012. Ver aquí)

En el momento en el que lean esta columna (si la leen el día en que se publica) yo estaré en un avión rumbo a Centroamérica donde pasaré las próximas tres semanas por motivos de trabajo.

En estos últimos días he cruzado correos con algunas amistades de El Salvador y Nicaragua a las que tengo ganas de ver aprovechando el viaje. Algunas de estas personas son de acá, pero viven allá desde hace tiempo. Otras son de allá, pero tienen algún tipo de vínculos con estas tierras en las que vivo.

Les copio literalmente algunos párrafos incluidos en sus correos:

Joder con los grises en Valencia, y el cierre de Público, y los recortes y la incultura del ministro de cultura, y el Supremo, y los tartamudeos de Rajoy. El Salvador, visto aquello, parece tranquilo” me escribía un amigo periodista que vive desde hace años en El Salvador.

Niño, hasta acá llegaron noticias de la absolución de Camps, y de la condena a Garzón, y de la reforma laboral (esa sí que acerca realidades entre España y Centroamérica), y de la policía ejerciendo con celo su trabajo contra los estudiantes, y de la plata que la cooperación valenciana se tenía que gastar en pozos por acá y se gastaba en pisos por allá. Por llegar, me ha llegado hasta el comunicado de las falleras mayores… Tú tranquilo, que ya sabes que cuando tu país se sumerja en el subdesarrollo, siempre tendrás casa en Nicaragua. Acá por lo menos somos conscientes de la situación en la que vivimos” me escribía una amiga hispano-nicaragüense.

Y estos dos correos no son hechos excepcionales. Hace apenas un mes era en Ecuador donde un viejito ecuatoriano me preguntaba con asombro por la absolución al “presidente ese de la región en la que tu vives”. Una semana antes, en Bolivia, era un joven brasileño de turismo por el altiplano el que me preguntaba por los juicios a Garzón.

Estimados lectores y lectoras. Os pido ayuda. Me esperan tres semanas en las que españoles exiliados a Centroamérica y centroamericanos que siguen con algún interés lo que sucede en mi tierra me van a interrogar. ¿Qué respondo? ¿Cómo se lo cuento? ¿Cómo les explico lo que está sucediendo en mi tierra?

Cualquier ayuda desinteresada (la crisis nos está afectando a casi todos y todas) será bienvenida. Y a los que en estas semanas anden por Valencia, no lo dudéis. Cada día hasta el 19 de marzo hay una buena causa para acercarse a la mascletà.

viernes, 14 de octubre de 2011

En Dominicana, el futuro es amarillo

Estas últimas semanas, ante los recortes de los presupuestos para la educación pública, Madrid se vestía de verde. Era el color elegido por los docentes, padres, madres y alumnos para su protesta. Las luchas en defensa de la educación pública se vienen dando en otros lugares del mundo. Las noticias de la lucha estudiantil de Chile se han colado en los medios en las últimas semanas. Hoy también podemos leer en la prensa española de la resistencia de los estudiantes colombianos a la reforma de la educación superior propuesta por el gobierno.

República Dominicana, sin embargo, no suele tener espacio en los medios de comunicación españoles. A pesar de que son miles de dominicanos y dominicanas los que viven entre nosotros, poco sabemos sobre este país, más allá de que tiene unas estupendas playas.

Poca será la gente en España que sepa que es frecuente que las dominicanas y los dominicanos caminen por la calle con un paraguas. Un instrumento polivalente que lo mismo les sirve para protegerse de las lluvias, frecuentes durante la estación lluviosa entre abril y noviembre, como para defenderse del sol que mantiene una temperatura de entre 25 y 35 grados durante todo el año. 

Y es precisamente un paraguas de color amarillo, el símbolo que las organizaciones sociales dominicanas han escogido como emblema de su reivindicación por el efectivo cumplimiento de la ley que regula que un 4% del PIB debe dedicarse a la educación, algo que no ha cumplido ninguno de los gobiernos del país.

En los pocos días que llevo en el país, he encontrado pegatinas con paraguas amarillos en los lugares más insospechados. Y he podido descubrir la creatividad con la que estas organizaciones están reivindicando el derecho a la educación. República Dominicana existe, y está en lucha por la educación, por el futuro de sus gentes.

jueves, 13 de octubre de 2011

Conversas dominicanas

Mi primera conversación, recién aterrizado en Santo Domingo, fue con el compañero que vino a recogerme al aeropuerto y me acercó al hotel. ¿Cómo anda la cosa en España? me preguntó él. ¿Cómo anda la cosa en Dominicana? le pregunté yo, casi al mismo tiempo. Complicada, nos respondimos ambos.

Sabes, -me explicó- nuestros gobernantes son inteligentes y hay dos recetas que aplican con maestría. Una, la de la impunidad. Otra, la de no invertir en educación. Saben que aplicando esas dos recetas, es bien complicado que la cosa cambie. ¿Impunidad? ¿Recortes en educación? ¿Les suena de algo a las y los lectores del estado español? Recetas universales, pensé.

Hay algo en lo que si hemos mejorado en Dominicana en los últimos años, me dijo finalmente con una mueca que apuntaba a una profunda dosis de ironía. Al menos, se democratizó la impunidad. Antes la impunidad era para los poderosos. Ahora, la impunidad se generalizó a toda la sociedad. Y creo que en eso nos ganan. En mi tierra, de momento, la impunidad es un privilegio fundamentalmente de los poderosos. 

miércoles, 28 de septiembre de 2011

La compleja ecuación del déficit

Comencemos con dos preguntas básicas.

Primera pregunta. ¿Han oído ustedes hablar últimamente del déficit presupuestario?
Si la respuesta a esta primera pregunta es no, usted debe ser uno de esos escasos humanos que ha logrado aislarse no sólo de los medios de comunicación (no ve la televisión, no escucha la radio, no lee le prensa, no se entretiene con internet), también de lo que sucede a su alrededor (en las conversaciones familiares, en las charlas de cafetería). Probablemente viva como ermitaño en algún lugar aislado. Tal vez debería felicitarle por ello.

Segunda pregunta. ¿Conocen ustedes el concepto de déficit presupuestario?
Si la respuesta a la primera pregunta fue sí, considero harto complicado que no responda que sí también a esta segunda pregunta. En todo caso, por las dudas, la ecuación es sencilla: Déficit = Ingresos - Gastos. 

¿A qué parece sencillo? Si los gastos superan a los ingresos, hay déficit. Si los ingresos igualan a los gastos, el déficit es cero. Si los ingresos superan a los gastos, no hay déficit, hay lo que se llama superávit. 

Pues lo que parece sencillo no debe serlo tanto. Al menos para las brillantes mentes de los tertulianos radiofónicos. Ni siquiera pretendo entrar en la discusión acerca de las bondades o maldades del déficit presupuestario, eso lo dejamos para otro día. Sólo me gustaría que entendieran un concepto sencillo. De matemáticas básicas, de las que enseñan a los niños en los primeros cursos de la educación obligatoria. 

Si lo que se pretende (y ya digo que no entro hoy en las discusiones sobre si es buen o no que se pretenda) es reducir el déficit, hasta mi hijo de diez años entendería que hay dos maneras de hacerlo. Una, disminuyendo los gastos. La otra, aumentando los ingresos.

Ahora les hago una confesión. Sufro de insomnio. Me cuesta dormir por las noches. Y la única manera de combatirlo que he encontrado es escuchar la radio. Y las tertulias políticas son un buen medicamento adormecedor. 

Otra confesión. Anoche sintonicé hasta cuatro tertulias distintas, en cuatro emisoras diferentes (supuestamente, con líneas editoriales también diferentes). En todas ellas se hablaba de la crisis, y del jodido déficit. Y todos los tertulianos, y tertulianas, sin excepción parecían estar de acuerdo en algo: lo positivo de reducir el déficit. Y todos y todas parecían tener serios problemas para entender lo que parece una sencilla ecuación. Porque todos y todas calificaron como imprescindibles (el único matiz se situaba en el grado de dolor de esa imprescindibilidad) los recortes del gasto público. Ni uno sólo, ni una sóla, mencionó aunque fuera de pasada la posibilidad de aumentar los ingresos. 

Estoy decidido. Este fin de semana le explico a mi hijo (de diez años) la ecuación del déficit. Como la entienda (y esto seguro de que la va a entender), lo voy a proponer como tertuliano radiofónico. Así al menos habrá alguna opinión divergente.

PD: Si estas dificultades para entender una sencilla ecuación se dan ahora, ¿se imaginan ustedes lo que puede pasar dentro de unos años cuando la educación pública se haya ido al carajo? Porque por si los tertulianos y tertulianas no se dieron cuenta, hay otra ecuación todavía más sencilla: Menos gasto público = Educación pública al carajo.


Actualización: Por favor no dejen de leer el informe "La retallada social del Govern espanyol a les tertúlies matinals de TV3, Catalunya Ràdio i RAC1", elaborado por Media.cat hace un año. 

martes, 13 de septiembre de 2011

Mapa educativo de las Cortes Valencianas

La semana pasada, el jueves para ser exactos, escribía en L'Informatiu una columna que titulaba ¿Dónde estudiaron sus señorías?. La idea surge de una conversación antigua y recurrente con un buen amigo. Su hipótesis, que comparto, es que el sistema educativo se ha venido configurando como uno de los principales instrumentos para perpetuar los privilegios de las clases sociales poderosas.

Me proponía con la columna lanzar una propuesta de "trabajo de campo". Construir el mapa educativo de las Cortes Valencianas para ver en qué medida se corrobora nuestra hipótesis. Conocer en qué centros educativos (¿públicos?, ¿privados?, ¿religiosos?, ¿laicos?) estudiaron los diputados y diputadas autonómicos. 

De momento han sido 12 los diputad@s que han contestado. Curiosamente, la mayoría de ellos estudiaron en centros públicos, y los que no lo hicieron se "disculpan" en sus respuestas afirmando que fueron sus progenitores los que eligieron y no ellos, o que no existían otras alternativas en aquel momento. 

Sólo tenemos la información de 12 de los 99 diputados y diputadas. No podemos, por tanto, obtener conclusiones definitivas de momento. ¿O sí? ¿La muestra es representativa? ¿O es que los que estudiaron en centros privados son más renuentes a contestar? 

Seguiremos intentando obtener más información. Y contamos para ello con tu colaboración. Si tienen información de dónde estudiaron nuestros representantes, puedes hacérnosla llegar a dondeestudiaron@gmail.com

Seguiremos informando en este blog, con la etiqueta "mapaeducativo".



viernes, 9 de septiembre de 2011

¿Dónde estudiaron sus señorías?

(Publicada en L'Informatiu el 8 de septiembre de 2011. Ver aquí)



L’Informatiu lo publicaba esta semana. Los recortes de la Generalitat Valenciana afectarán a la educación. A los anunciados 132 millones de euros de recorte a las universidades públicas se suman 900 vacantes menos de profesores de primaria y secundaria. Y lo que puede estar por llegar. Viendo lo que acontece en otras comunidades autónomas, los recortes en educación pueden seguir creciendo.


El día después, Samuel Sebastian afirmaba en este mismo diario que els polítics no s’estimen l’educació. Yo no acabo de estar de acuerdo con Samuel. Lo que no aprecian los políticos, al menos los políticos que nos han gobernado en las últimas décadas, es la educación pública.


La educación pública es, sin duda alguna, el principal elemento de promoción de una igualdad real en muchos aspectos. De la misma manera, una educación segregadora (por clase social) es un arma poderosa en manos de las clases poderosas para mantener sus privilegios.


Hace años que un buen amigo me insiste en que sería necesario conocer en qué centros educativos estudiaron nuestros gobernantes. ¿Cuántos de ellos, y de ellas, estudiaron en colegios públicos? ¿Cuántos en institutos de secundaria públicos?


Como en otras ocasiones, recurro al ejemplo latinoamericano. Cualquiera que haya visitado en alguna ocasión América Latina (con un poco de curiosidad observante) acordará conmigo que en la mayoría de los países de la región existe una brutal segregación educativa. Los hijos e hijas de las clases poderosas van a colegios privados, mientras que la educación pública, destruida durante años por los sucesivos gobernantes, queda para los hijos y las hijas de la clase trabajadora. Esta situación es, como decía, un arma poderosa para mantener los privilegios de las clases dominantes porque activa dos mecanismos. En primer lugar, porque la educación de calidad se reserva para los hijos e hijas de los poderosos. En segundo lugar porque esos centros educativos privados se convierten en espacios de relacionamiento privilegiado. Los hijos y las hijas de los poderosos se conocen desde pequeños, establecen redes sociales que luego determinan círculos de poder. 
Atacar la educación pública es por tanto una estrategia clave para los que desean mantener sus privilegios de clase.


Pero, ¿sucede sólo en América Latina? Hace meses que miles de personas salen a la calle en nuestro territorio a gritar que no nos representan. Entonces, ¿qué intereses representan nuestros gobernantes? Y en concreto, ¿que intereses educativos representan nuestros gobernantes más cercanos?


Hace años que un buen amigo me insiste en que sería necesario conocer en qué centros educativos estudiaron nuestros gobernantes. ¿Cuántos de ellos, y de ellas, estudiaron en colegios públicos? ¿Cuántos en institutos de secundaria públicos? Sería interesante conocer, por ejemplo, cuantos de los 99 diputados y diputadas autonómicos estudiaron en centros educativos públicos. Y sin embargo, aunque en alguna ocasión intenté averiguar, es una información difícil de conseguir. ¿Se animan a ayudarme?


Les lanzo una propuesta. Sólo son 99. Les dejo una dirección de correo electrónico (dondeestudiaron@gmail.com). Si tienen información de en qué colegio o en qué instituto estudiaron nuestros representantes, ¿me cuentan? A ver si entre todos y todas somos capaces de construir el mapa educativo de las Cortes Valencianas.