jueves, 6 de octubre de 2011

Aprendizajes bolivianos #15M

(Publicada en L'Informatiu el 6 de octubre de 2011. Ver aquí)

La semana pasada, en una charla de café, un conocido manifestaba no entender porqué las gentes del 15M no se conforman en partido político. Es la única manera posible de incidir realmente en la situación del país, me decía.

Unos días después, en otra charla -esta con cervezas- comentaba con el director de este diario sobre la situación en Bolivia. Hay mucha gente, nos decíamos, de entre aquella que tiene algún interés en lo que sucede en este país andino, que no entiende como las organizaciones sociales -y específicamente las indígenas- que contribuyeron a llevar al poder a Evo Morales, se movilizan con virulencia contra alguna de sus políticas. 

Y sin embargo ambos estábamos de acuerdo al pensar que de lo acontecido en Bolivia en los últimos años se pueden extraer lecciones democráticas muy interesantes. 

Conviene bucear en la historia de Bolivia. Y no empezar en diciembre de 2005 cuando Morales ganó sus primeras elecciones. Su llegada a la presidencia no puede entenderse sin el aporte de las organizaciones populares e indígenas del país. Y el aporte de estas organizaciones no puede comprenderse sin analizar sus procesos de fortalecimiento organizativo y de lucha en las décadas anteriores.

Desde el desconocimiento de las fortalezas organizativas de las clases populares bolivianas, tampoco es posible entender cual ha sido el papel de contrapoder que han venido ejerciendo durante los mandatos del tándem Morales-García Linera

Porque la inmensa mayoría de las clases populares bolivianas han dado su respaldo electoral a los gobiernos de Morales. Pero no le han dado un cheque en blanco para que haga lo que le venga en gana hasta la próxima cita electoral. 

Los acontecimientos de las últimas semanas son esclarecedores. El gobierno pretende construir una carretera entre Villa Tunari y San Ignacio de Mojos, atravesando el territorio indígena del Parque Nacional Isidoro Sécure. Las organizaciones indígenas, amparándose en el Convenio 169 de la OIT que establece el derecho a la consulta a los pueblos indígenas y el derecho a decidir su propio desarrollo de acuerdo a sus usos y costumbres, se oponen, y encuentran en esta oposición la solidaridad de organizaciones obreras, vecinales y estudiantiles. En ese contexto, la policía reprimió con violencia una marcha indígena.

¿Qué ha sucedido desde entonces? Dimisión de la ministra de defensa y el ministro del interior por sus responsabilidades políticas en la represión policial. El presidente ha salido públicamente a pedir perdón por lo acontecido, ha paralizado el proyecto y ha planteado un referéndum sobre el mismo. 

Resulta evidente que conformarse en partido político no es la única manera de incidir en la realidad de un país y en sus políticas. Igualmente evidente resulta que son imprescindibles organizaciones sociales fuertes para ejercer un contrapoder efectivo antes las políticas gubernamentales. Pero esa fortaleza organizativa no surge de manera espontánea. Hay que trabajarla, y no es cosa de meses, más bien de años. 

Ah! Un último comentario. Una cosa es que las clases populares bolivianas hayan fortalecido sus organizaciones y tengan una importante capacidad de incidencia en las políticas de sus gobernantes, movilizándose contra ellos cuando es necesario, sin necesidad de conformarse en partido político. Pero les aseguro que en el próximo proceso electoral, no se quedarán en casa.

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