El día después de las elecciones europeas fui uno más de los que, como relata Isaac Rosa, me puse a contar. Para ser preciso, fui de los que agarró la hoja de cálculo que da más juego. Tras una mirada rápida a los resultados en el conjunto del estado, me fui rápidamente al epígrafe "Comunitat Valenciana", la información que realmente me interesa. Y ya, ya se que los resultados de unas elecciones europeas no son extrapolables a unas elecciones autonómicas, pero de momento es la materia prima más fiable con la que contamos (visto lo visto, elección tras elección, los estudios demoscópicos han dejado de ser materia prima demasiado fiable).
Antes de compartir algunas reflexiones creo que conviene dejar claro mi punto de partida. Mi posicionamiento personal. De las seis primeras fuerzas políticas según los resultados electorales, me interesan fundamentalmente tres (y enumero por votos conseguidos): Esquerra Unida-Els Verds, Podemos y Compromís (en estas elecciones, con la marca Primavera Europea). Las tres me generan ciertas simpatías, en las tres encuentro aspectos que me parecen atractivos, en las tres conozco gentes que me parecen honestas. En las tres, también, hay elementos que no me agradan o que directamente me desagradan.
El nombre y apellido del blog que escribo dan suficiente información como para entender porque no me interesan ni el Partido Popular ni UPyD. Respecto al PSPV, en el mapa de cuadrantes que conforman los ejes izquierda-derecha, arriba-abajo, se encuentra demasiado a la derecha y demasiado arriba para lo que mis planteamientos personales encuentran aceptable. No tengo dudas de que entre sus bases hay gente más a la izquierda y más abajo que lo que se encuentra la institucionalidad de su partido. Es su opción, no la mía.
Sentado el punto de partida, van esas reflexiones:
1. El Partido Popular ha conseguido el 29,09% de los votos emitidos. Teniendo en cuenta que la abstención alcanzó el 49,96%, eso significa que menos del 15% de las personas con derecho a voto decidieron confiar en el Partido Popular. Más de las que me gustaría, pero no son tantas.
2. Leída la prensa de los días posteriores y vista la cantidad de noticias que aluden a la búsqueda de posibles alianzas entre las tres fuerzas que me interesan, más el PSPV (han aparecido noticias con casi todos los cruces imaginables entre las cuatro), creo que es necesario recordar una vez más que en política electoral, dos más dos no necesariamente son cuatro. Es más, dos más dos probablemente no sumen cuatro. Muchos votantes de Compromís probablemente le retirarían su voto si se presentara en coalición con Esquerra Unida, y viceversa. Muchos votantes de Podemos no lo hubieran votado si se hubiera aliado antes de las elecciones con Esquerra Unida, ni siquiera con Pablo Iglesias como cabeza de cartel. Y muchos votantes de Esquerra Unida no hubieran perdonado una alianza pre electoral con Podemos, fuera quien fuera el cabeza de cartel. ¿Cuántos votantes de Compromís verían con buenos ojos una alianza con un partido promovido por unos señores de Madrid (y entiendo perfectamente estos recelos)? Cuidado entonces con las alianzas pre electorales, es probable que por separado se obtengan mejores resultados electorales que juntos, a pesar de los restos que se quedan en el camino gracias a la ley electoral que padecemos. Basta echar un vistazo a las puyas entre simpatizantes de unas y otras opciones que han circulado estos últimos días por las redes sociales.
3. La suma de los votos de las tres fuerzas mencionadas, las que me interesan, alcanzan el 26,53% de los votos emitidos. Casi cinco puntos por encima de los cosechados por el PSPV y sólo dos puntos y medio menos de los conseguidos por el PP.
4. ¿Resulta impensable un escenario en las próximas elecciones autonómicas en el que el número de escaños conseguidos por estas tres fuerzas fuera superior al de los obtenidos por el PSPV y por el PP (por separado)? Puestos a ir un poco más allá… que fuera superior el conseguido por cualquiera de las dos fuerzas, hasta ahora mayoritarias, más el posible apoyo de UPyD.
5. ¿Cómo reaccionarían PP y PSPV ante semejante escenario? ¿Buscarían una alianza para evitar que un candidato (personalmente preferiría una candidata) consensuada por las tres fuerzas mencionadas asumiera la Presidencia de la Generalitat?
Llegados a este punto, probablemente muchas de ustedes piensen que lo escrito, más que una sucesión de reflexiones es poco menos que el cuento de la lechera. Y probablemente tengan razón. Pero si alguna enseñanza "podemos" (valga la redundancia) obtener de estas últimas elecciones, es que a veces la lechera llega a la meta sin que el cántaro se rompa, y con cinco eurodiputados en el bolsillo.
Pero el cántaro no llegará sólo. Hará falta, sin duda, empujarlo con altas dosis de generosidad (especialmente entre las y los dirigentes de las tres fuerzas mencionadas), una buena cantidad de conversación pre electoral, y otra tanta post electoral, un buen chorro de transparencia (más conversaciones públicas que negociaciones de pasillo), y todo ello aderezado con importantes dosis de optimismo pegadizo y contagioso.