miércoles, 16 de octubre de 2013

Paraguay: dos días en ruta

En rojo, la ruta de estos días
Entre el lunes y el martes me ha tocado recorrer unos 750 km. en carretera por Paraguay. Desde Asunción al Departamento de Alto Paraná, de ahí al Departamento de Misiones, y de regreso a la capital, y lo he hecho acompañado de dos paraguayos a los que -su identidad es lo de menos- podríamos llamar 'Gato' y 'Cabra'. 

Arrancamos el lunes de mañanita, y tras la parada obligatoria para cargar agua con hielo para el tereré y comprar chipá con que acompañarlo, iniciamos la ruta. Y la iniciamos, nada más y nada menos, con una terna musical que comenzó con las "Cartas amarillas" de Nino Bravo, continuó con "Vino griego" de José Vélez, y culminó con "Un velero llamado libertad" de José Luis Perales. La banda sonora fue suficiente para que mis compañeros de viaje se largaran con una conversación en la que me interrogaban acerca de las similitudes y diferencias entre España y Paraguay.     


Según me dicen, la mejor chipería del país.

Tras unos instantes deambulando entre parecidos y diferencias en los paisajes y la gastronomía, llegamos a las cuestiones importantes. Tal vez convenga decir en este momento que antes de arrancar el viaje hicimos una escala técnica en casa de 'Gato' y que la pared principal de su salón estaba presidida por enorme retrato de Alfredo Stroessner; "Mi general", como le llama 'Gato'. Porque 'Gato', un paraguayo de algo más de medio siglo, es profundamente estroesnista. Sin duda, su biografía personal (la de 'Gato') tiene mucho que ver con ello: padre militar, vivienda entregada por "su general", es uno de esos paraguayos que piensan que la dictadura de Stroessner fue una época de "extraordinaria placidez" (¿les suena de algo, amigos españoles?).

Así que decidí que era un buen momento para aventurarme por terrenos pantanosos. Y comenté... "En España también tuvimos una dictadura de casi cuarenta años". Y la aventurada frase ha dado para horas de conversación durante los dos días que hemos andado en ruta por el sur del país. Dos días conversando, en la ruta pertrechados de tereré, en la cena mientras degustábamos un buen corte de "peceto" (según mis acompañantes paraguayos uno de los "cortes más nobles de la canal del cuarto de la vaca"... días antes tuve la oportunidad de degustar el "cupín" o "cupim", un corte extremadamente tierno que según me contaron procede de la joroba del animal... algún día quisiera hacer un posgrado en cortes de vaca...) acompañado de mandioca hervida, al amanecer mientras tomábamos unos mates...


El dictador Franco entregó al dictador Stroessner las llaves de la ciudad de Madrid en 1973. 

Y lo que en su origen fue una sencilla provocación que buscaba poder conversar con mis compañeros de viaje sobre su país, su historia, y como ésta condiciona la situación actual, me ha llevado a pensar que la comparación no es en absoluto descabellada. Sin duda, las diferencias entre España y Paraguay son numerosas. Pero en ambos casos su historia reciente está marcada por una larga y cruenta dictadura, en ambos casos finalizada con una amable transición a la democracia. Amable para los que fueron cercanos al poder de los dictadores.

En España, con una monarquía decidida por el dictador, con una transición pactada entre las élites políticas y económicas del país. En Paraguay con un golpe de estado encabezado por el consuegro del dictador y hasta ese momento su mano derecha, que disolvería en parlamento, legalizaría a todos los partidos políticos (excepto el comunista) y convocaría elecciones... para que siguiera gobernando el Partido Colorado, el partido de Stroessner.

En ambos casos renunciando a la memoria, a la justicia y a la reparación de las víctimas de la dictadura. En ambos casos con el beneplácito de los Estados Unidos. En ambos casos con consecuencias para la situación actual del país.

Porque en Paraguay, gentes como 'Gato' pueden seguir reivindicándose como estroesnistas sin ningún problema, como en España los hay que siguen reivindicándose franquistas sin despeinarse. O lo que es peor, gente como 'Cabra', un tipo joven que todavía no alcanza la treintena, con una buena preparación académica, liberal en sus costumbres, no lo hace, pero llega a afimar que "Stroessner fué un mal necesario para el país".

Sin duda, en franquismo en España, y el estroesnismo en Paraguay, han dejado un déficit de cultura cívica en nuestras respectivas sociedades. Un déficit que explica, en buena medida, la escasa reacción ciudadana al latrocinio generalizado de las clases dominantes en ambos países. Décadas de expolio institucionalizado sin duda tienen consecuencias sobre la aceptación o el rechazo que estas prácticas generan en la población, y sobre las reacciones a las mismas. 

Un déficit de cultura cívica que explica, en buena medida, la escasa cultura organizativa en ambos países. Países en los que durante décadas cualquier atisbo de organización social era considerado delictivo, en los que quienes pretendían organizarse para transformar la situación del país eran perseguidos, encarcelados, torturados, asesinados o desaparecidos. Décadas de inocular el miedo en el cuerpo social tienen consecuencias.

Paraguay y España se merecen un futuro mejor que el presente del que disfrutan (o del que padecen). Pero será difícil que lo logren si no consiguen memoria, justicia y reparación para las víctimas de sus dictaduras. Será difícil que alcancen otros niveles de cultura cívica si no son capaces de mirar hacia atrás para aprender, para superar y poder encarar el futuro desde otros parámetros. 

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