viernes, 18 de mayo de 2012

Carta al chantajista Rouco Varela

(Publicada en L'Informatiu el 24 de mayo de 2012. Ver aquí)

Señor Antonio María Rouco Varela, Presidente de la Conferencia Episcopal Española.

Le escribo porque he leído en la prensa que usted ha amenazado con que Cáritas podría resentirse si la Iglesia Católica pierde el privilegio de la exención del Impuesto de Bienes Inmuebles.

Y quiero decirle que además de ser usted el “jefe nacional” de una institución retrógrada, antidemocrática y machista, es usted un chantajista y un hipócrita. Chantajista, porque su amenaza no puede ser calificada de otra manera. Amenazar en los tiempos que vivimos con retirar presupuesto a una institución como Cáritas que afirma que su misión es “ser iglesia pobre y para los pobres” es un chantaje indecente. Hipócrita porque usted debe conocer mejor que nadie los números de su institución. No en vano, los jefes de la misma siempre han estado más preocupados por los números que por los preceptos de su dios. Y conociendo estos números, los tergiversa.

Algunas estimaciones aseguran que si la Iglesia Católica pagara –como el resto de los mortales– el Impuesto de Bienes Inmuebles, la cantidad anual a abonar ascendería a cinco millones de euros.

Según la información disponible en la página web de Cáritas, el presupuesto anual en su último ejercicio superó los doscientos treinta millones de euros. Cerca del 38% de ese presupuesto (algo más de ochenta y siete millones de euros) procedía de fondos públicos. Del resto, las partidas más importantes no proceden de fondos de la Iglesia Católica. Por el contrario, más de cien millones proceden de donativos, legados, aportaciones de empresas, etc. Algo menos de trescientos mil euros proceden del fondo interdiocesano, y no alcanza el millón novecientos mil euros los que proceden la aportación de organismos diocesanos.

No es por tanto la Iglesia Católica la principal financiadora de Cáritas, sino los particulares de manera obligatoria o voluntaria. Obligatoria a través de nuestros impuestos, voluntaria a través de donativos o aportaciones. No está por tanto en sus manos, señor Rouco Varela, decidir si el grueso del presupuesto de Cáritas sigue en Cáritas o no.

Por cierto, señor Rouco Varela, seguro que usted también es conocedor de que los casos de abusos sexuales a menores ya le han costado a la Iglesia Católica más de cuatro mil millones de dólares a nivel internacional. ¿Se ha molestado en calcular los años que se podría haber financiado a Cáritas si se hubieran tomado las medidas necesarias y oportunas contra sus empleados pederastas?

Señor Rouco Varela, me atrevo a pedirle un favor. No ensucie la digna tarea de Cáritas (que habría que agradecer a sus trabajadoras y trabajadores) con sus indignas palabras.

Atentamente.

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