miércoles, 19 de diciembre de 2012

Un sueño con raíces


Conocí a Raúl Aramendy a principios de los años noventa. De su mano crucé por primera vez a América Latina. Gracias a él descubrí la Educación Popular, la agroecología y tuve mis primeros contactos con los pueblos indígenas de Abya Yala

Hace algo más de diez años, Raúl abandonó Buenos Aires para regresar a su Misiones natal. Y, de la mano de Marita Ramos, tardó poco en retomar el proyecto de CEMEP ADIS, una organización con cerca de veinte años de historia dedicada a la agroecología, la defensa de la selva Paranaense y la Educación y Comunicación Popular, fuertemente comprometida con el desarrollo de las organizaciones sociales, culturales y de base del sector popular de la Provincia de Misiones. 

Con membresía en la CEAAL (Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe) y el MAELA (Movimiento Agroecológico de América Latina el Caribe), el CEMEP ADIS no ha dejado en estos años de inventar nuevas locuras. Sus propuestas para la formación de educadores y educadoras populares. Su banco de semillas como instrumento de lucha para la conservación de la agrobiodiversidad de la región y la soberanía alimentaria de los pequeños productores, campesinos e indígenas de la zona. La apertura del Instituto Superior “Multiversidad Popular”, un espacio para promover el diálogo permanente entre todos los saberes, desde el que lanzaron la titulación de Técnico Superior en Agroecología. Su apoyo a las comunidades indígenas guaraníes

Pero de todas las locuras emprendidas en estos años, hay una a la que guardo un cariño especial: la Granja Integral Agrecológica que están construyendo en el municipio de El Soberbio. Una apuesta por poner en marcha un centro demostrativo, educativo, experimental y de promoción de la agroecología desde el que promover con los campesinos de la zona un sistema agroecológico de producción, que fortalezca bases sustentables de soberanía alimentaria.

El futuro de la Soberanía Alimentaria en la Granja Integral

Hace más de una década que visité por primera vez ese predio de diez hectáreas sobre la frontera con Brasil en el que Raúl soñaba con construir esa Granja Integral Agroecológica. Un sueño que no ha abandonado y que poco a poco va tomando forma. Un sueño al que me siento especialmente vinculado y para el que ahora nos piden un apoyo. Apoyo para implementar un sistema de riego para la huerta extensiva de la granja. Un pozo, una bomba solar, un sistema de riego por goteo y por aspersión. Algo necesario para seguir adelante con su sueño de producir alimentos sanos, limpios y justos. Alimentos para que, con su venta, puedan seguir adelante con su trabajo con las y los campesinos de la zona. 

Un sistema de riego, en definitiva, para regar y hacer germinar las semillas de esperanza, paz y justicia que han venido sembrando desde hace más de una década.  





No hay comentarios:

Publicar un comentario