viernes, 23 de noviembre de 2012

El necesario pacto de ¿izquierdas?


(Publicada en 'Espai Valencià' el 22 de noviembre de 2012. Ver aquí)


Desde que el pasado 9 de octubre el diario El País publicara una encuesta en la que se vaticinaba la pérdida de la mayoría absoluta del Partido Popular en el País Valenciano, he leído y oído mucho sobre el necesario tripartito de izquierdas para desalojar a los populares de la Generalitat Valenciana.

La última muestra, la columna que mi admirado Julià Álvaro escribía en esta misma tribuna ayer mismo. Frente a las malas experiencias de Catalunya, Baleares o Galicia (a la que, por lo reciente, podríamos sumar la de la alcaldía de Alcoi) pone el acento en “diseñar modelos y estructuras de gobiernos de coalición que protejan su funcionamiento”.

Su propuesta surge de asumir una tesis que explicita en su columna. Que PSPV, Esquerra Unida i Compromís son fuerzas  políticas progresistas. Más allá de mi incomodidad con la etiqueta (no puedo dejar de pensar que en el concepto “progresismo” subyace una idea de progreso como “desarrollo lineal creciente” que deberíamos cuestionar profundamente), es ahí dónde, en mi humilde opinión, radica la debilidad de su propuesta. Podría llegar a admitir que una parte razonable de la militancia del PSPV y una parte importante de sus votantes son de izquierdas. Pero creo que hay evidencias suficientes de que quienes controlan el aparato del partido (ya sea en el País Valenciano o en el estado español) hace tiempo que dejaron de ser de izquierdas (las y los que alguna vez lo fueron).

Asumirlo no implica necesariamente posicionarse en contra de un tripartito que desaloje al Partido Popular de la Generalitat Valenciana. Más allá de cuestiones ideológicas, los sucesivos gobiernos populares en esta tierra han llegado a niveles de putrefacción ética tales que, posiblemente, cualquier alianza para desalojar a un gobierno que se sustenta en unas Cortes plagadas de imputados e imputadas por la justicia sea, no solo conveniente, sino necesaria.

Pero para acertar en el camino, el diagnóstico debe ser adecuado y no basarse en falsas expectativas. Un tripartito como el mencionado incluiría expresiones ideológicas amplias que incluyen desde sectores de centro derecha democráticos hasta sectores de izquierda, pasando por un amplio abanico de expresiones de la socialdemocracia con mayor o menor acento en el ecologismo o lo identitario.

Agrupar todas estas expresiones bajo una etiqueta falsa de “izquierda” puede hacer pensar al electorado que da lo mismo votar a unos que a otras. Y nada más lejano a la realidad. Del apoyo electoral que tenga cada una de las fuerzas que hipotéticamente pactaran una posible alianza de gobierno dependerá el mayor o menor énfasis que cada una de las ideas que defienden tendrán en las políticas públicas.

Dibujemos por tanto el campo de juego con claridad, y que cada quien actúe en conciencia.

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