domingo, 9 de septiembre de 2012

Milagro

(Publicada en Cremats el 8 de septiembre de 2012. Ver aquí)

                                                    Fragmento de la página de Levante-EMV.


El amigo R.M.V. avisa de que no me pierda una noticia publicada en la versión impresa del diario Levante de anteayer (jueves 6 de septiembre). Lo hace en un correo que, además de a mí, envía a los amigos R.M.D. y C.G.G. Si tienen oportunidad, por favor no se lo pierdan. Artículo de Francesc Arabí. El titular: “El TSJ sitúa a Blasco en puertas de ser imputado al asumir el caso de las ONG”. La noticia ocupa la página completa, salvo una pequeña inserción publicitaria en la esquina inferior derecha cuyo texto transcribo: “A SAN JUDAS TADEO. Abogado de los casos difíciles; Reza nueve avemarías durante nueve días. Pide tres deseos: uno de negocios y dos imposibles. Al noveno día publica este anuncio. Se cumplirá aunque no lo creas.”. El anuncio viene firmado con las iniciales C.M.

Como buen aficionado a los escritos cospiranóicos de Javier Cavanilles, lo primero que pienso es que no puede ser una casualidad. ¡Ya lo tengo! C.M. El Conejito Montaraz. ¡Es así como lo ha conseguido! Treinta años en la cresta de la ola, pasando por todo el espectro político y por todos los puestos imaginables (incluso por alguno inimaginable). Toneladas de mierda salpicando por dónde pasa pero sin llegar nunca a manchar su impecable traje. ¡Pero por fin he descubierto el secreto de su infalibilidad! ¡Una unión de hecho! No, no me refiero al sucedáneo de Carmen Alborch, su unión de hecho es con San Judas Tadeo, el patrón de las causas difíciles y desesperadas.

Ahora comienzo a entenderlo todo. A su ex jefe de filas le bastaron ochenta y un avemarías para irse de rositas. Pan comido. Dada la afición, seguro que se pasó de carrerilla y llegó a los cien, con algunos padrenuestros de regalo.

¿O no? Puede que no sea esa la explicación. Quizás son otras las variables del éxito sostenido. Tal vez el clientelismo. Acaso la manipulación informativa. El manejo de todos los resortes del poder. La degradación política generalizada (e inducida).

¡Ahora sí! No fue el conejito el que pagó el anuncio. Por cierto, ¿cuánto costará insertar esos centímetros cuadrados suplicatorios en un diario? Averigüen el precio y multipliquen por los kilómetros cuadrados de publicidad que han insertado nuestras instituciones desde que el conejito montaraz anda en ellas. Las siglas C.M. corresponden a “Consciente de la Mierda”, el seudónimo de un ciudadano (tal vez ciudadana) que ha llegado a la conclusión de que es necesario un milagro para que un responsable político pague por sus pecados. Amen.

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