jueves, 11 de octubre de 2012

Carta abierta a Esther Vivas

(Publicada en 'Cremats' el 11 de octubre de 2012. Ver aquí)

Jaume Roures.




Apreciada Esther,

Quisiera decirte en primer lugar que el encabezamiento de esta carta no es un puro formalismo. Te aprecio. Del mismo modo que aprecio al profesor Vicenç Navarro y a Luis García Montero. Y a cualquier de ellos dos podría ir también dirigida esta carta.

No tengo el placer de conoceros personalmente, y no es por tanto el que os tengo un aprecio surgido del roce, sino de la palabra. Os aprecio porque aprecio vuestras ideas y porque valoro el compromiso militante. Y en los tiempos que corren, exponer las ideas en un foro público es una muestra de compromiso.

Precisamente por ser esos los motivos de mi aprecio he decidido finalmente escribirte a ti. Porque te leo desde hace años. Porque te sigo desde que conocí hace más de una década tu militancia contra la deuda externa. Porque conocí tu activismo contra la guerra, contra las guerras. Porque comparto tu solidaridad internacionalista con América Latina. Porque valoro tu trabajo por la soberanía alimentaria, el comercio justo y el consumo responsable. Porque aprecio tu esfuerzo por incluir una perspectiva feminista en todos estos ámbitos. Por todo ello necesitaba escribirte para pedirte una explicación.

Quiero contarte que fui un asiduo lector del diario Público desde su lanzamiento. Lo recibí como un soplo de aire fresco en el quiosco. Por primera vez en mucho tiempo podía tomar el café de las mañanas leyendo un periódico con un enfoque interesante de los temas que me preocupan. No compartido al cien por cien, pero interesante. Aunque también tengo que reconocer que el hecho de que detrás de su publicación estuviera un empresario capitalista, por mucho que juegue a izquierdista, me pareció inquietante.

También quiero contarte que desde el cierre de la edición en papel y tras las rastreras maniobras de su propietario dejando sin cobrar a docenas de empleados y empleadas y recomprando la cabecera para evitar que quedara en manos de la cooperativa que habían conformado los trabajadores y trabajadoras que él había dejado en la calle, no he vuelto a leer la versión digital que todavía mantiene. Por eso, hasta hace poco no tuve noticia de que el profesor Navarro, García Montero y tu misma continuabais colaborando asiduamente con este medio de comunicación.

No quisiera que entendieras esta carta como un reproche, ni como una exigencia de explicaciones. Sólo como una necesidad de comprender los motivos de que sigas colaborando con este medio. Soy absolutamente consciente de que no es sencillo encontrar espacios desde los que difundir opiniones que no sean afines a las hegemónicas. Y puedo entender la colaboración puntual con cualquier medio de comunicación. Pero, en mi humilde opinión, mantener una colaboración estable con un medio de comunicación implica un reconocimiento hacia ese medio que, sinceramente, creo que Público no merece.

Nadie mejor que tú sabe lo complejo que es luchar contra el sistema. Y, como te he comentado, valoro enormemente tus esfuerzos en esa tarea. Pero creo que también debemos hacer un esfuerzo por apoyar los medios de comunicación que trabajan en esa dirección, y no apoyar a los que, dándose un barniz de progresía, utilizan las herramientas de este perverso sistema para perpetuarlo. 

Deseándote lo mejor en tu lucha diaria, te envío un afectuoso saludo.

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