domingo, 16 de septiembre de 2012

Libertad de información en España

(Publicada en Cremats el 13 de septiembre de 2012. Ver aquí)


                                                        Rajoy junto a la nueva cúpula de RTVE


A los pocos meses de llegar al gobierno, el Partido Popular modificó mediante decreto el régimen de administración de la radiotelevisión pública para poder elegir a su presidente sin consenso con la oposición y redujo el número de consejeros eliminando a los que nombraban los sindicatos.


Poco después nombró un nuevo director de informativos para la televisión pública, eligiendo para ello al responsable de informativos de TeleMadrid, la televisión pública de la Comunidad Autónoma de Madrid, denunciada en numerosas ocasiones por sus trabajadores por manipulación.

Desde entonces, la lista de profesionales que han ido siendo depurados del ente público crece día a día. A periodistas como Ana PastorJuan Ramón LucasToni GarridoXabier Forte y Pepa Bueno, se han sumado distintos tertulianos de carácter progresista. 

La última noticia de la que me entero por la prensa, es que para cubrir vacantes de los depurados, el último fichaje de la televisión pública como tertuliana es la mujer del ministro de educación.

Busco con ahínco el inevitable informe de Reporteros Sin Fronteras sobre la situación del derecho a la libertad de información en España, pero no consigo encontrarlo. Sin duda parece preocuparles más la conculcación de este derecho en países como Venezuela, Ecuador o Argentina.

La diferencia es que en estos países, como ha denunciado en numerosas ocasiones el profesor Vicenç Navarro, los medios públicos compiten con un espectro de medios privados, situados ideológicamente en la derecha y defensores de los intereses de los grandes grupos empresariales. En España, la derechización de los medios públicos se suma a un espectro de medios también situados a la derecha y defensores de los intereses de los grandes grupos empresariales. Con lo que la diversidad ideológica reflejada en los medios españoles es bastante más restringida que en los países mencionados.

Es cierto que en España no se asesina o encarcela a periodistas (algo que tampoco sucede en Argentina, Ecuador ni Venezuela, según los propios informes de Reporteros Sin Fronteras). No es necesario. Basta con despedirlos. Tampoco es necesaria la censura. Es suficiente con la autocensura que se imponen los propios periodistas acongojados por un panorama de desempleo y precarización de la profesión. Pero el resultado es evidente. Cada vez es más complicado sintonizar una televisión o una radio o leer un diario en el que se defiendan planteamientos progresistas. ¡Viva la democracia!

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