viernes, 6 de abril de 2012

Hay poca agua, pero hay muchas balas


(Publicada en L'Informatiu el 5 de abril de 2012. Ver aquí)

Hay poco dinero, pero hay muchas balas.
Hay poca comida, pero hay muchas balas.
(Calle 13, La bala)

Hace dos semanas publicaba en este mismo espacio una carta al Ministro de Asuntos Exteriores, García-Margallo en la que le sugería que antes que recortar los fondos para cooperación, le pidiera a su colega, el Ministro de Defensa Pedro Morenés, que aboliera el ejército español. No confiaba en que aceptara la propuesta, pero los recortes anunciados por el gobierno en materia de cooperación superan con creces mis peores expectativas.

Son 1.389 millones de euros. Un 71,2% de recorte (594 millones de euros) en el presupuesto de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID). Un 72,6% de recorte en el Fondo del Agua (795 millones de euros). 

Sin embargo, parafraseando el estribillo de la canción de Calle 13, hay poco agua, pero hay muchas balas. El presupuesto del Ministerio de Defensa se ha reducido en un 8,8%. El del Ministerio de  Interior únicamente en un 4,3%. Con estos presupuestos, como diría Mafalda, van a hacer falta muchos policías con palitos de abollar ideologías. 

Ochenta y cinco millones de personas no tienen acceso agua potable en América Latina y el Caribe. Ciento quince millones de personas en la región no tienen acceso a saneamiento. Luchar contra esta realidad indecente era el objetivo del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento, el conocido como Fondo del Agua. 

La diferencia entre tener acceso a agua potable y saneamiento y no tenerla es, a menudo, la diferencia entre la vida y la muerte. Terminar con el Fondo del Agua implica, por tanto, condenar a la muerte a cientos, miles de personas en América Latina y el Caribe.  El diccionario de la Real Academia Española define el homicidio como la “muerte causada a una persona por otra”. Para el señor García-Margallo y su jefe, el señor Mariano Rajoy, es simplemente un gasto prescindible.

Para la oficialidad y sus medios de desinformación, violentas y violentos somos los que salimos a la calle a protestar por sus políticas. Convendría recordarles unas palabras:
Es cierto que hay situaciones cuya injusticia clama al cielo. Cuando poblaciones enteras, faltas de lo necesario, viven en una tal dependencia que les impide toda iniciativa y responsabilidad, lo mismo que toda posibilidad de promoción cultural y de participación en la vida social y política, es grande la tentación de rechazar con la violencia tan grandes injurias contra la dignidad humana”.
Son parte de la Encíclica Populorum Progressio, del Papa Pablo VI. Justo la semana pasada cumplía cuarenta y cinco años.  Señores y señoras del Partido Popular, ustedes que en sus estatutos se dicen inspirados por el “humanismo cristiano de tradición occidental”, no deberían olvidarlo. Pasaron cuarenta y cinco años, pero estas palabras siguen vigentes.


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