Estimada Rosalía.
Hace apenas una semana leí en distintos medios de comunicación tu comprensión hacia el movimiento de los indignados. Leí que compartías sus motivos, incluso afirmaste sin reparos que tú también participarías sin dudarlo cuando un periodista te preguntó si estarías dispuesta a sumarte a las movilizaciones.
Tres meses antes, leía en el diario El Mundo que la empresa que fundaste junto a tu ex marido obtuvo en 2010, a pesar de la crisis, un beneficio de 1.731 millones de euros, un 32% más que en 2009.
Pero soy consciente de que el dinero no da la felicidad. Eso al menos le he oído decir a mucha gente. Aunque con sinceridad, me da por pensar que siempre se lo oigo a gente que no tiene problemas para llegar a fin de mes.
Y en todo caso Rosalía, aunque no tengo el placer de conocerte, no dudo de tu buen corazón y de la sinceridad de tu indignación. El hecho de que, según la revista Forbes, seas la mujer más rica de España con una fortuna estimada de 4.200 millones de dólares no implica que tus motivos de preocupación no sean sinceros.
Aprovecho esta carta para contarte que una de las veces que pasé por la plaza en estas últimas semanas, conocí a una chica que trabajaba de dependienta en Zara. No te cuento cual es su salario, porque sin duda debes conocerlo. También aprovecho para contarte que hace unos años, en un viaje a Marruecos, conocí a una mujer que trabajaba en un taller textil que proveía a las empresas del grupo Inditex. Tampoco considero necesario explicarte cuales eran las condiciones laborales en las que trabajaba. Sin duda también debes conocerlas.
Aún así, sigo sin dudar de que los motivos de tu indignación sean sinceros. Y he de decirte que me preocupa tu indignación, y desde esta sincera preocupación me permito hacerte una sugerencia. En la próxima junta de accionistas de Inditex deberías sugerir que se mejoren las condiciones laborales de los empleados y empleadas de sus empresas y de todas su subcontratas. ¿Qué condiciones laborales me parecerían adecuadas? Lo dejo en tus manos. Aunque tal vez una buena referencia sería pensar qué condiciones te parecerían adecuadas para tus hijos Marcos y Sandra.
Si lo consigues (seamos optimistas), deberías amoldar tu nivel de vida a tu nueva situación económica. Pero sin duda, habrás conseguido contribuir notablemente a disminuir los niveles de indignación en el mundo. De paso, a aumentar los niveles de dignidad. Y como sigo pensando que los motivos de tu indignación son sinceros, contribuirás también a reducir los niveles de tu propia indignación.
Recibe un cordial saludo.
PD. Rosalía. Dado que compartimos motivos de indignación, espero sepas disculparme que me haya permitido tutearte.
PD2. Aunque no tengo dudas de que estarás al tanto de la situación en las empresas de las que eres copropietaria, por las dudas de recomiendo dos páginas web de lo más interesantes: La de la campaña Ropa Limpia que lidera la organización SETEM en el estado español y la de la misma campaña a nivel internacional: www.cleanclothes.org
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